Ellos usan distintas locaciones y esta vez será en La Taberna del Sitio, en Nuestra Señora de la Encina, enfrente a la Escuela de Artesanías Pedro Figari.
Mathías es ingeniero en software y actor vocacional, realizó el año pasado la Tecnicatura en Vinos del ITHU y quedó muy entusiasmado al conocer un nuevo mundo que lo atrapó. Sin vacilar decidió plantearle a su amiga Lala, que es licenciada en comunicación y dirige Rara, su propia agencia, combinar los vinos con el teatro improvisado. Actores no le faltaban, allí estaban sus antiguos compañeros.
“Arranca como una cata técnica pero deriva hacia algo más informal, menos estructurado, yendo a lo que son las percepciones y los recuerdos de los participantes. Más allá del trabajo del enólogo para obtener un buen vino, considero que este se potencia sin duda, si lo bebo en un momento especial y en buena compañía”, dice Mathías.
“Gratos momentos con buenos vinos, se suman para marcar un recuerdo que es el que queremos rescatar en Vino Improvisado. Un participante asocia el aroma de uno de los vinos con olores que sintió en la casa de sus abuelos y ya es el puntapié, que le sirve a los actores para improvisar una historia espontánea, que siempre lleva la veta imprescindible de humor”, agrega.
Queda clara entonces la visión del creador y suma contar con otra, pero desde el otro lado del mostrador. Conozco a Beatriz Chevalier desde sus épocas en Artesana Winery, en que como sommelier, estaba a cargo de las actividades turísticas de la bodega. Estuvo invitada a la primera función de Vino Improvisado: “Fui en diciembre como espectadora, sin tener ni idea de que se trataba. La defino como una experiencia preciosa para todos los que asistimos. Nos fuimos recopados con la dinámica del show y no se quedó atrás el tapeo, que fue de nivel excelente. Impecable también, el servicio de los chicos de Bar Sin Nombre” narra Beatriz.
A ella le tocó ser locataria cuando la 3ª función fue en La Fermenta de Carrasco: “Desde el punto de vista de la organización debo decir que Lala y Mati son muy prolijos, no descuidan detalles. Los actores tienen gran soltura y saben interactuar con la gente, eso hace que cada show sea diferente al anterior. Esto le da potencial al proyecto porque cambia el lugar, cambian los vinos, cambia el público y eso le marca una impronta diferencial”, agrega.
Sin duda para Mathías y Lala es un plus contar con un tapeo muy atractivo, con el apoyo de De Guarda y sus quesos, los aceites de oliva de Piqueroto y su paté de aceitunas y los chutney de tomate y mango de Chut Norris.